El 28 de junio pasado, Martín Ortega Carcelén publicó este artículo de Opinión en el periódico Siete Días. En este texto se propone reforzar esas actividades culturales, y seguir creando sobre la base de las tradiciones.
Remar en la misma dirección
Publicado en Siete Días Jumilla
28 junio 2018
El artículo de Vicente Cutillas publicado en Siete
Días la semana pasada contiene varias imprecisiones. Para empezar, me atribuye
ideas que no he tenido y palabras que nunca he dicho. Siete Días publicó una
entrevista el día 31 de mayo sobre la novela Crimen, venganza y expiación. La
primera pregunta era sobre el hallazgo de la novela, y mi respuesta fue que el
descubridor había sido Antonio Verdú, quien había dado noticia de su existencia
en el Libro de Semana Santa de 1999, y esto lo repito en la introducción del
libro. Por tanto, difícilmente puede alguien atribuirme la idea de que yo soy
su descubridor. Vicente Cutillas escribe también que existe una edición del
libro de 1923. Esto no es cierto. No existe ninguna edición más que la original
de 1863. Vicente hace una traducción extraña de la página de internet que él
mismo cita, donde se dice “book published before 1923” (libro publicado antes
de 1923). Es difícil creer que un filólogo se refiera a una edición inexistente
de un libro antiguo. En tercer lugar, Vicente afirma que el libro puede
comprarse en Amazon por el precio de 30,69 euros. A estas alturas, en la época
de las fake news (o noticias falsas), no es bueno creer todo lo que aparece en
internet. Basta una exploración rápida para comprobar que el libro no está
disponible en su versión papel. En los últimos meses, aparte de esa oferta sin
contenido de Amazon, también vi alguna empresa que, desde India, ofrecía el
libro en internet al precio de 1.120 euros. Como los bibliófilos saben, estas
empresas se dedican a ofrecer todos los títulos antiguos posibles a un precio
desorbitado y, si aparece un comprador, entonces buscan el libro en el país, lo
compran por mucho menos y lo revenden, haciendo el agosto. Más allá de esto, el
propósito de Vicente Cutillas no está claro porque en sus artículos se ha limitado
a copiar entre comillas los trabajos anteriores de otros, sin decir nada nuevo
sobre el libro en cuestión.
La
entrevista que publicó Siete Días hablaba de la novela, pero había otro aspecto
más importante que no debe pasar desapercibido. En mis respuestas dije que
Jumilla tenía una rica vida cultural. Jumilla es una potencia agrícola y su
industria agroalimentaria, comenzando por la producción de vinos de gran
calidad, es puntera. El talento y el trabajo de grandes empresarios y de mucha
gente sacrificada han hecho que Jumilla cuente más en la escena nacional e
internacional de lo que su tamaño o su población dan a entender. Esto se dice
en inglés “punch above his weight”, golpear por encima de su peso. Lo mismo
ocurre con el deporte, donde hemos destacado tanto en fútbol sala como en el
campeonato de Liga, donde el Jumilla C.F. ha obtenido una magnífica permanencia
en la Segunda División B. En aspectos culturales, contamos con un monumento
histórico extraordinario como la iglesia de Santiago, y un estupendo Museo
Municipal con sus secciones de Arqueología, y de Etnografía y Ciencias
Naturales, ambas de primer nivel. El Teatro Vico organiza una impresionante
temporada de actuaciones en campos muy variados, desde la música (donde
contamos con dos bandas excelentes), al teatro, el cine o numerosas expresiones
artísticas de todo tipo. En los últimos años se han consolidado importantes
medios de comunicación escritos, de radio y televisión. El foco cultural de
Jumilla sigue siendo la imponente Semana Santa, que cada año se supera a sí
misma, y la Feria del Vino DO Jumilla y la Fiesta de la Vendimia ejercen gran
atractivo para jóvenes y turistas. Además, durante todo el año se producen en
las calles manifestaciones sociales, deportivas y tradicionales.
Todos
debemos sentirnos orgullosos de estas expresiones culturales, y todos debemos remar
en la misma dirección para hacer que sean cada vez de mayor calidad. Es lógico
que existan discrepancias, pues estas forman parte de nuestro carácter
apasionado y mediterráneo, pero tales divergencias no deben impedir progresar.
En perspectiva histórica, con diferentes partidos políticos y con diferentes
personalidades tirando de las empresas, los deportes, la música, y las
procesiones, la cultura en Jumilla ha seguido avanzando.
El
panorama cultural de Jumilla se enriquece ahora con la figura de un hijo
olvidado del siglo XIX: José María Martínez Iñiguez, quien escribió una notable
novela que debemos recuperar. Una ciudad no elige a sus hijos, e Iñiguez es un
hijo tremendamente interesante pero complicado, y es de esperar que a partir de
ahora surjan estudios sobre su vida y su obra. Lo importante es situarlo en el
panteón de nuestras personalidades ilustres. Resulta sorprendente que, tras su
mención en el Libro de Semana Santa de 1999, la novela haya seguido postergada.
Recuperarla es una tarea colectiva, una riqueza que todos podemos disfrutar.
Decir “yo la vi primero” es más bien infantil, sobre todo cuando la historia
del descubrimiento está muy clara. Lo importante no es quién, sino la calidad
de un magnífico hallazgo, que marcará una diferencia con otras ciudades que no tienen
un novelista igual.
Jumilla cuenta con un
gran potencial en aspectos relacionados con la cultura moderna, la gastronomía,
la industria del vino y agrícola, el enoturismo, o la producción musical y
artística. Somos una tierra que produce genios, como Roque Baños, antes Lorenzo
Guardiola, y antes Martínez Iñiguez o el canónigo Lozano. Aplaudamos estos
valores, disfrutemos de sus creaciones, mejoremos este patrimonio, trabajando todos
en la misma dirección.