A finales del
siglo XIX la Cámara Agrícola de Jumilla estuvo muy activa debido a dos asuntos
fundamentales. Primero, el reconocimiento de los montes comunales para evitar
que fueran vendidos. Segundo, la defensa del cultivo de la vid y de la
producción de vino. En esta entrada vamos a tratar la cuestión de los montes
públicos, y en la siguiente hablaremos del vino.
La ley de
desamortización de Madoz de 1855 había obligado a vender los bienes del Estado,
de los municipios y de las corporaciones religiosas. Esta fue posterior a la
desamortización de Mendizábal, pero tuvo efectos mayores. Frente a la posible subasta
de sus bienes, el Ayuntamiento de Jumilla y la Cámara Agrícola se movilizaron
para evitar que los montes comunales fueran vendidos.
Tras le ley de
Madoz, en 1859 se hizo un catálogo de los montes de Murcia. El historiador
Cayetano Espejo Marín, en un estudio publicado en Murgetana en 1991, concluyó
que las mayores extensiones correspondían a Caravaca (64.000 hectáreas),
Jumilla (41.000 hectáreas), seguidos de Lorca, Mula y Yecla (27.000 hectáreas).
Por tanto, Jumilla tenía una superficie muy considerable de monte público.
En los años
siguientes, otros municipios decidieron vender sus montes. Pero Jumilla
resistió para asegurar una titularidad pública que se ha continuado hasta hoy.
Esto refleja la carta de octubre de 1894 que traemos hoy a este blog como
curiosidad histórica. La Cámara Agrícola de Jumilla envió esta carta al
Ministro de Hacienda para conseguir que los montes públicos fueran exceptuados
de la venta por desamortización. Esta excepción había sido conseguida por
Antonio Cánovas del Castillo y plasmada en la Real Orden de 26 de noviembre de
1892. Pero los intereses de algunos desaprensivos que querían hacerse con los
montes llevaron a incluir 26 parcelas de montes de Jumilla en la lista de subastas publicadas en el boletín oficial de la provincia de Murcia. Por este
motivo, la Cámara Agrícola protestaba al Ministro y pedía que esas parcelas no
se vendieran.
La carta enviada
al Ministro fue reproducida por el periódico El País, que la publicó en su
número de 4 de noviembre de 1894. Aquel periódico se definía entonces como
“diario republicano progresista” y estaba dirigido por Alejandro Lerroux, quien
después tendría un papel en la Segunda República. Al publicar la carta, el
periódico apoyaba la petición de Jumilla.
En su carta, la
Cámara Agrícola de Jumilla recuerda la “cesión de todo su término municipal
como procomunal” por el Rey Pedro I, lo que fue confirmado por “Don Fernando y
Doña Isabel los Católicos”, títulos honrosos que, dice, existen en el archivo
municipal. “Tan firme e indiscutible ha considerado siempre este pueblo el
derecho a la posesión de sus montes, que en cuantas ocasiones las órdenes
emanadas del poder central lo han puesto en tela de juicio, se han interpuesto
por los Ayuntamientos a la sazón los correspondientes recursos”. Hay que
considerar que los montes eran una riqueza “del común de los vecinos de este
pueblo”, como dice la carta, porque se aprovechaban el esparto, la madera, la
caza, y muchos otros usos posibles.
La resistencia
de Jumilla a través de los siglos ha hecho que hoy sea uno de los municipios de
España con una de las extensiones más grandes de riqueza forestal. Hoy podemos
disfrutar de este privilegio natural, que se integra con nuestra agricultura,
en una época en la que el medio ambiente está cada vez más atacado.
En cambio, otros
municipios decidieron vender grandes parcelas de sus montes en el siglo XIX,
como imponían las leyes de aquel tiempo. Este fue el caso de Yecla, relatado en
este interesante artículo de Francisco José Carpena Chinchilla, publicado por
ANIDA (http://anidayecla.blogspot.com/)
Asociación Naturalista para Investigación y Defensa del Altiplano en 2006.
Muchos montes comunales de Yecla fueron subastados entre 1868 y 1914, pero el
proceso estuvo lleno de polémica y de reuniones tensas en el Ayuntamiento, como
cuenta el artículo. Posiblemente, un resultado de aquella diferencia sea que,
entre los montes de interés público de la Región de Murcia en la actualidad
(mapa al comienzo de esta entrada del blog), se aprecian varias superficies
importantes en el término de Jumilla, destacando el Carche con la Raja, la
Sierra Larga con Santa Ana, y el Molar (y Buey, Cingla y Gavilanes al norte),
pero no hay tantos espacios de esa calificación en Caravaca, Moratalla o Yecla,
aunque sus montes son de una gran belleza.
Sobre los montes de Jumilla tengo un libro sin publicar y muchos temas relacionadoas con los mismos.
ResponderEliminarA. Verdú