En los últimos comentarios hemos insistido en el comienzo de la gran industria del vino en Jumilla, incluso para la exportación, en los años 1880. También en esa misma época se inició la fabricación de alcoholes (y después de licores) a partir de la uva. El mosto se usaba tanto para producir vino, y si era de buena calidad alcanzaba precios altos (también en Francia), como para producir alcohol. El mosto fermentado se sometía a destilación para obtener un alcohol de mayor grado. Esa destilación se hacía con calor y los vapores se lanzaban bien alto con esas enormes chimeneas, de las que solo se conserva la de la destilería los Aurelios, construida en la década de 1930.
En un artículo publicado en el periódico El Alicantino de 4 de julio de 1893, se explica que la Cámara Agrícola de Jumilla ha enviado una carta a las Cortes pidiendo una rebaja del impuesto a los alcoholes. En este texto se ve que fue en ese momento en el que la fabricación de alcohol comenzó como complementaria a la elaboración del vino. Reproducimos el texto de 1893.
Al final del artículo se observa que hay dos peticiones en realidad: 1) la derogación de la ley de alcoholes, y 2) la rebaja del impuesto de consumos sobre los vinos al 50%. Esas dos peticiones se repieron luego en la lista de demandas que aprobó la reunión extraordinaria que tuvo lugar en el Teatro Vico dos años después, en 1895, de la que hemos dado cuenta en una entrada anterior.
La cuestión de los impuestos al alcohol siguió en el aire hasta 1899, cuando el Gobierno intentó subir todavía más ese impuesto tras la guerra de Cuba y la pérdida de las últimas colonias en 1898, como explica Vicente Montojo en este artículo sobre la Cámara Agrícola publicado en Murgetana número 118. En aquella nueva reclamación de 1899 tuvo que intervenir el propio Cánovas del Castillo una vez más en favor de Jumilla.
La elaboración de alcoholes y licores continuó hasta bien entrado el siglo XX, como reflejan aquellas chimeneas que forman parte de nuestro paisaje y que están en nuestra memoria. El presente comentario en el blog Yumiella apunta al momento de su inicio, porque la carta de la Cámara Agrícola de 1893 dice que "en solo seis meses" esa industria se había desarrollado mucho. Además, este comentario también recuerda que la uva monastrell de Jumilla es de tal calidad que podrían volver a elaborarse licores.
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