viernes, 14 de diciembre de 2018

Los amigos políticos en Jumilla de Martínez Iñiguez

Los grandes temas sobre Jumilla que ocupan la prensa de las últimas décadas del siglo XIX son: la naciente industria del vino, los montes públicos, la explotación del esparto, y también, por supuesto, la política. En nuestra exploración sobre José María Martínez Iñiguez (tras la publicación de su novela de 1863) hemos encontrado algunos datos interesantes. Iñiguez debía ser una persona de gran energía que contribuyó a realzar nuestra Semana Santa, con el Prendimiento, la entrada de Jesús el Domingo de Ramos, y escribió el bello poema sobre las Siete Palabras de Jesús en la Cruz. Pero era también activista político en Jumilla y en Madrid, claramente alineado entre los más progresistas de la época y republicano.

En la proclamación de la Primera República (1873) y en la declaración del Cantón de Jumilla, Iñiguez y sus compinches tuvieron seguramente algo que ver. Pero no lo podemos afirmar con rotundidad porque se ha perdido la memoria de aquel momento. Poco después se inició la Restauración con la Constitución de 1876 en la que Cánovas del Castillo tuvo un papel protagonista. Cánovas era yerno del Barón del Solar de Jumilla, y el Barón era parlamentario por Murcia en Madrid y jefe indiscutible de las fuerzas conservadoras en Jumilla. Frente a la molesta oposición de los progresistas en Jumilla, el Barón se ocuparía de rechazar todas sus propuestas y también de borrar su memoria.

Cualquier elección al parlamento de Madrid era un momento de tensión en el que los conservadores querían ganar por todos los medios a los progresistas. Un episodio muy interesante fue la diatriba por el recuento de votos tras unas elecciones en 1886. El notario de Jumilla Manuel Redondo levantó acta del resultado, pero los progresistas le acusaron de pucherazo. Seguramente, Redondo sería partidario del Barón y de Cánovas, y compartía el caciquismo de la época. Tres progresistas, Ermelando Albert, Emiciano Palazón y Pedro Azuar, fueron a protestar al notario, y luego publicaron un artículo jocoso e insultante en El Pandero, el periódico local de Jumilla, donde decían que no podían fiarse del notario. El señor Redondo se enfadó con ellos y les acusó por injurias ante los tribunales. Traemos a este blog los artículos en El Diario de Murcia de 30 de marzo (fotos A y B) y de 31 de marzo de 1887 (foto C) que cuentan ese juicio por injurias en la Audiencia de Murcia.




Como dice El Diario de Murcia, es bastante raro que entiendan los tribunales de justicia de estas cuestiones de injurias. Por lo general, "tal clase de asuntos se transigen o cristianamente, reconciliándose ofendido y ofensor, o bárbaramente, de cualquier manera de las conocidas, con padrinos o a garrotazos". Pero el caso es que el ofendido notario no podía permitir que dijeran en El Pandero que él no era honesto, y los señores Albert, Palazón y Azuar tuvieron que defenderse y mantener que las elecciones no habían sido limpias y que el notario había mentido. 

Uno de estos políticos progresistas, Ermelando (o Hermelando) Albert Albert, había sido perseguido por la justicia unos años antes, en 1876, debido a supuestas estafas en el Ayuntamiento de Pinoso. Probablemente, Albert fuera alcalde de Pinoso durante la Primera República, y en 1876, cuando comenzaba la Restauración, el juzgado de primera instancia de Monóvar lo buscó para pedirle cuentas por su gestión en Pinoso. Pero la sorpresa en mi investigación fue que, para juzgar al amigo Hermelando, citaron a José María Martínez Iñiguez a declarar (Gaceta de Madrid, 27 diciembre 1876). Es evidente que Iñiguez era colega de Albert. Cuando el juzgado lo cita es porque pensaban que estaba al tanto de las andanzas de éste, de lo que se deduce que Iñiguez era de la misma cuerda política en Jumilla que Albert, Palazón y Azuar, los progresistas demandados por el notario en 1887. Probablemente Iñiguez, que sería mayor que ellos, ya no estaba en vida en este momento. La última noticia que tenemos de él es de 1877 cuando se encontraba en Hellín.



Para completar este descubrimiento, es importante comprender que el periódico El Pandero, donde tenían influencia esos progresistas, llevó a cabo una importante labor denunciando los abusos políticos. Eran los primeros pasos de la democracia en nuestro país, y la situación era muy diferente a la actual, pero aquel periódico fue un adelantado de la labor crítica de la prensa. Sirvan de ejemplo estas dos denuncias sobre la explotación de los espartos y sobre el desarrollo urbanístico de Jumilla reproducidas en El Diario de Murcia de 24 de marzo y 5 de mayo de 1886.




Por último, hay que destacar que el famoso Ermelando Albert siguió su activismo político de protesta hasta mucho después, como demuestra otra citación judicial, esta vez del juzgado de primera instancia de Yecla de 1897, por injurias al Gobernador civil.


1 comentario:

  1. Me parece de lo más interesante poder conocer estos retazos de la historia de nuestro querido pueblo. Me encanta. Muchísimas gracias por compartirlo, Martin.

    ResponderEliminar