miércoles, 19 de diciembre de 2018

La Exposición Nacional Vinícola de 1877

La resistencia de la cepa monastrell a la plaga de filoxera hizo crecer mucho la elaboración de vino en Jumilla en la década de 1880, como hemos comentado en entradas anteriores. Pero la nueva época comenzó antes con la Exposición Nacional Vinícola que tuvo lugar en Madrid en 1877. Tras aprobar la Constitución de 1876 bajo la influencia de Cánovas del Castillo, todo el país se puso en marcha para demostrar que estábamos a la altura de los europeos. El Gobierno de entonces convocó esta Exposición con la idea expresa de introducir criterios de calidad en la elaboración de los vinos.

La Exposición fue inaugurada con gran pompa y circunstancia como muestran las imágenes de La Ilustración Española y Americana reproducidas aquí. Dentro de los pabellones se apilaron botellas de vino formando ingeniosas estructuras. Expositores de toda España enviaron sus productos, y se organizó un concurso para certificar la calidad de los vinos en diversas clases.


Hoy traemos esta noticia histórica para subrayar la potencia de Jumilla en este mundo del vino desde el mismo comienzo. Como se aprecia en el mapa, la provincia de Murcia no envió muchos expositores, en comparación con otras. Las más activas fueron las provincias al sur de los Pirineos, debido a una clara influencia francesa. 


Sin embargo, hay que destacar que de los 42 expositores que enviaba la provincia de Murcia, 21 eran de Jumilla. En aquel tiempo tan lejano, la mitad de los productores murcianos que estaban dispuestos a acudir a una feria nacional eran de Jumilla, y esto dice mucho de la importancia que tenía esa industria ya en aquel momento. A continuación reproducimos la lista de los participantes murcianos, según los documentos de la Exposición. En ella hemos subrayado los productores de Jumilla, que componen la lista de valientes pioneros que se atrevieron a competir con los campeones nacionales. Debemos estar orgullosos de esos comienzos y continuar con fuerza la tradición.






La decisión sobre los premios fue muy estricta. El jurado quería demostrar que era competente, como demuestra el largo informe técnico que publicó después, lleno de estadísticas y datos de laboratorio. En su decisión se veía claramente la formación francesa de los componentes del jurado, y fueron favorecidos los concursantes de las provincias cercanas a los Pirineos (que habían enviado más representantes).

En esos mismos años, la filoxera seguía avanzando hacia el sur, e iba a esquilmar las viñas en climas más húmedos, como esas provincias. En la década siguiente, Jumilla se beneficiaría de su resistencia a la plaga. Pero, en todo caso, nuestros bodegueros no salieron mal parados en aquella competición tan exigente de la primera Exposición Vinícola nacional. El Boletín Oficial (Gaceta de Madrid) de 9 de octubre de 1877 publicó los premios de la provincia de Murcia. Del mismo modo que Jumilla había sido mayoritaria en el envío de representantes de toda la provincia, igualmente dominó en el palmarés de premios, con 11 recompensas.


viernes, 14 de diciembre de 2018

Los amigos políticos en Jumilla de Martínez Iñiguez

Los grandes temas sobre Jumilla que ocupan la prensa de las últimas décadas del siglo XIX son: la naciente industria del vino, los montes públicos, la explotación del esparto, y también, por supuesto, la política. En nuestra exploración sobre José María Martínez Iñiguez (tras la publicación de su novela de 1863) hemos encontrado algunos datos interesantes. Iñiguez debía ser una persona de gran energía que contribuyó a realzar nuestra Semana Santa, con el Prendimiento, la entrada de Jesús el Domingo de Ramos, y escribió el bello poema sobre las Siete Palabras de Jesús en la Cruz. Pero era también activista político en Jumilla y en Madrid, claramente alineado entre los más progresistas de la época y republicano.

En la proclamación de la Primera República (1873) y en la declaración del Cantón de Jumilla, Iñiguez y sus compinches tuvieron seguramente algo que ver. Pero no lo podemos afirmar con rotundidad porque se ha perdido la memoria de aquel momento. Poco después se inició la Restauración con la Constitución de 1876 en la que Cánovas del Castillo tuvo un papel protagonista. Cánovas era yerno del Barón del Solar de Jumilla, y el Barón era parlamentario por Murcia en Madrid y jefe indiscutible de las fuerzas conservadoras en Jumilla. Frente a la molesta oposición de los progresistas en Jumilla, el Barón se ocuparía de rechazar todas sus propuestas y también de borrar su memoria.

Cualquier elección al parlamento de Madrid era un momento de tensión en el que los conservadores querían ganar por todos los medios a los progresistas. Un episodio muy interesante fue la diatriba por el recuento de votos tras unas elecciones en 1886. El notario de Jumilla Manuel Redondo levantó acta del resultado, pero los progresistas le acusaron de pucherazo. Seguramente, Redondo sería partidario del Barón y de Cánovas, y compartía el caciquismo de la época. Tres progresistas, Ermelando Albert, Emiciano Palazón y Pedro Azuar, fueron a protestar al notario, y luego publicaron un artículo jocoso e insultante en El Pandero, el periódico local de Jumilla, donde decían que no podían fiarse del notario. El señor Redondo se enfadó con ellos y les acusó por injurias ante los tribunales. Traemos a este blog los artículos en El Diario de Murcia de 30 de marzo (fotos A y B) y de 31 de marzo de 1887 (foto C) que cuentan ese juicio por injurias en la Audiencia de Murcia.




Como dice El Diario de Murcia, es bastante raro que entiendan los tribunales de justicia de estas cuestiones de injurias. Por lo general, "tal clase de asuntos se transigen o cristianamente, reconciliándose ofendido y ofensor, o bárbaramente, de cualquier manera de las conocidas, con padrinos o a garrotazos". Pero el caso es que el ofendido notario no podía permitir que dijeran en El Pandero que él no era honesto, y los señores Albert, Palazón y Azuar tuvieron que defenderse y mantener que las elecciones no habían sido limpias y que el notario había mentido. 

Uno de estos políticos progresistas, Ermelando (o Hermelando) Albert Albert, había sido perseguido por la justicia unos años antes, en 1876, debido a supuestas estafas en el Ayuntamiento de Pinoso. Probablemente, Albert fuera alcalde de Pinoso durante la Primera República, y en 1876, cuando comenzaba la Restauración, el juzgado de primera instancia de Monóvar lo buscó para pedirle cuentas por su gestión en Pinoso. Pero la sorpresa en mi investigación fue que, para juzgar al amigo Hermelando, citaron a José María Martínez Iñiguez a declarar (Gaceta de Madrid, 27 diciembre 1876). Es evidente que Iñiguez era colega de Albert. Cuando el juzgado lo cita es porque pensaban que estaba al tanto de las andanzas de éste, de lo que se deduce que Iñiguez era de la misma cuerda política en Jumilla que Albert, Palazón y Azuar, los progresistas demandados por el notario en 1887. Probablemente Iñiguez, que sería mayor que ellos, ya no estaba en vida en este momento. La última noticia que tenemos de él es de 1877 cuando se encontraba en Hellín.



Para completar este descubrimiento, es importante comprender que el periódico El Pandero, donde tenían influencia esos progresistas, llevó a cabo una importante labor denunciando los abusos políticos. Eran los primeros pasos de la democracia en nuestro país, y la situación era muy diferente a la actual, pero aquel periódico fue un adelantado de la labor crítica de la prensa. Sirvan de ejemplo estas dos denuncias sobre la explotación de los espartos y sobre el desarrollo urbanístico de Jumilla reproducidas en El Diario de Murcia de 24 de marzo y 5 de mayo de 1886.




Por último, hay que destacar que el famoso Ermelando Albert siguió su activismo político de protesta hasta mucho después, como demuestra otra citación judicial, esta vez del juzgado de primera instancia de Yecla de 1897, por injurias al Gobernador civil.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

Inicio de la elaboración de alcoholes y licores

En los últimos comentarios hemos insistido en el comienzo de la gran industria del vino en Jumilla, incluso para la exportación, en los años 1880. También en esa misma época se inició la fabricación de alcoholes (y después de licores) a partir de la uva. El mosto se usaba tanto para producir vino, y si era de buena calidad alcanzaba precios altos (también en Francia), como para producir alcohol. El mosto fermentado se sometía a destilación para obtener un alcohol de mayor grado. Esa destilación se hacía con calor y los vapores se lanzaban bien alto con esas enormes chimeneas, de las que solo se conserva la de la destilería los Aurelios, construida en la década de 1930. 

En un artículo publicado en el periódico El Alicantino de 4 de julio de 1893, se explica que la Cámara Agrícola de Jumilla ha enviado una carta a las Cortes pidiendo una rebaja del impuesto a los alcoholes. En este texto se ve que fue en ese momento en el que la fabricación de alcohol comenzó como complementaria a la elaboración del vino. Reproducimos el texto de 1893.





Al final del artículo se observa que hay dos peticiones en realidad: 1) la derogación de la ley de alcoholes, y 2) la rebaja del impuesto de consumos sobre los vinos al 50%. Esas dos peticiones se repieron luego en la lista de demandas que aprobó la reunión extraordinaria que tuvo lugar en el Teatro Vico dos años después, en 1895, de la que hemos dado cuenta en una entrada anterior.

La cuestión de los impuestos al alcohol siguió en el aire hasta 1899, cuando el Gobierno intentó subir todavía más ese impuesto tras la guerra de Cuba y la pérdida de las últimas colonias en 1898, como explica Vicente Montojo en este artículo sobre la Cámara Agrícola publicado en Murgetana número 118. En aquella nueva reclamación de 1899 tuvo que intervenir  el propio Cánovas del Castillo una vez más en favor de Jumilla.

La elaboración de alcoholes y licores continuó hasta bien entrado el siglo XX, como reflejan aquellas chimeneas que forman parte de nuestro paisaje y que están en nuestra memoria. El presente comentario en el blog Yumiella apunta al momento de su inicio, porque la carta de la Cámara Agrícola de 1893 dice que "en solo seis meses" esa industria se había desarrollado mucho. Además, este comentario también recuerda que la uva monastrell de Jumilla es de tal calidad que podrían volver a elaborarse licores.

martes, 11 de diciembre de 2018

Actividad vitivinícola en Jumilla en el siglo XIX

Siguiendo con los apuntes para una historia de finales del siglo XIX en Jumilla, recuperamos algunos datos sobre la vid, la uva y el vino, publicados en la prensa de aquella época. Nada mejor para iniciarlo que esta foto antigua de mujeres vendimiando en los campos de Jumilla. La foto es cortesía de Francisco Carrasco Azuar, que está haciendo una gran labor para recuperar nuestra memoria gráfica. La imagen recuerda el gran papel que nuestras mujeres valientes tuvieron siempre en el apoyo de las tareas agrícolas. En realidad, toda la familia se movilizaba para el trabajo en un tiempo en el que la agricultura y la ganadería eran la parte central de la economía, y las mujeres eran el soporte fundamental de la casa, los hijos y la familia. 

En las últimas entradas de este blog Yumiella se hacía referencia al momento en que despertó la nueva industria del vino, con mayor producción, nuevas plantaciones, mejores bodegas, inversiones, y la primera exportación debido a la plaga de filoxera que había comenzado en Francia en 1868. Dimos noticia de una carta enviada por Diego Cerezo en abril de 1887 animando a exportar a París, y de una reunión para defender el negocio del vino de la región murciano-alicantina que tuvo lugar en el Teatro Vico en 1895.

En esta entrada completamos el ambiente de esos momentos con otras noticias aparecidas en El Diario de Murcia. En el mismo mes de abril de 1887 una noticia sobre precios del vino, los cereales y el esparto, confirma las exportaciones a Francia.
El tiempo de la vendimia está reflejado en esta noticia del 18 de septiembre de 1889, 'El asunto del día es la uva', que también confirma que hay negociantes extranjeros presentes en Jumilla "en busca de lagares".


En este blog, vimos también la importante reunión que tuvo lugar en 1895 y que demostraba la actividad de la Cámara Agrícola, y cómo los viticultores y bodegueros se organizaban para defender el mundo del vino. Aquella reunión se realizó en el Teatro Vico el 28 de abril de 1895. Un mes después, se eligió una Junta que iba a defender los intereses de Jumilla, y la Cámara Agrícola nombró presidente a Albano Martínez, el elocuente abogado que había hecho un encendido discurso. Estas fueron las personas elegidas.